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El frío extremo puede ser un peligro para los trabajadores en diversos entornos, como la construcción, la agricultura, la pesca y diversas industrias. La exposición prolongada a temperaturas extremadamente bajas puede provocar pérdida de sensibilidad, congelación e incluso provocar diversos problemas para la salud. Por ello, es fundamental conocer cuál es el mejor calzado para el frío.
A continuación, exploraremos los factores esenciales a tener en cuenta de cara a profundizar en las categorías de calzado más apropiadas para enfrentar las bajas temperaturas en el trabajo.
¿Cómo elegir el mejor calzado? Factores esenciales
Existen una serie de factores o características que debe cumplir todo calzado que tiene el objetivo de ser de utilidad para los empleados que tienden a trabajar ante circunstancias de riesgo por bajas temperaturas. Te contamos los principales de forma genérica, aunque recuerda que todo dependerá del ambiente concreto de trabajo a la se exponga cada empleado o empleada:
Altura del zapato
La altura del zapato es importante para mantener el calor en los tobillos y los pies. Las botas de altura elevada son la mejor opción para el frío extremo, ya que proporcionan una protección completa hasta el tobillo.
Aislamiento térmico
La clave para enfrentar el frío extremo radica en la capacidad del calzado para proporcionar un aislamiento térmico eficaz. Los trabajadores de industrias donde las bajas temperaturas son comunes requieren botas que mantengan sus pies cálidos y protegidos. Optar por materiales aislantes como el Thinsulate garantiza una protección térmica adecuada sin sacrificar la comodidad y la movilidad.
Resistencia al agua
El entorno frío a menudo implica condiciones húmedas. Por lo tanto, es esencial que el calzado de trabajo para el frío extremo sea completamente impermeable. Las botas con membranas impermeables y costuras selladas proporcionan una barrera efectiva contra la humedad, manteniendo los pies secos y reduciendo el riesgo de congelación.
Membranas impermeables: Las botas de invierno con membranas impermeables, como Gore-Tex, eVent o Sympatex, proporcionan una barrera eficaz contra el agua y el viento. Además, son transpirables, lo que ayuda a mantener los pies secos y cómodos.
Otras botas de invierno utilizan materiales impermeables en la parte exterior, como polímeros estancos o cueros de alta calidad. Los polímeros no son transpirables, pero los cueros suelen serlo menos que las membranas impermeables. Sin embargo, los cueros son más duraderos.
Algunas botas de primer precio tienen exteriores más finos y ligeros con tratamientos DWR (repelencia al agua duradera). Estos tratamientos son químicos aplicados a la tela exterior y proporcionan una protección limitada contra el agua. duraderos.
Suelas con buena resistencia
La seguridad en el lugar de trabajo es una prioridad, y en condiciones de frío extremo, el riesgo de resbalones y caídas aumenta significativamente. Las suelas de las botas deben estar diseñadas con un patrón antideslizante robusto que ofrezca tracción en superficies resbaladizas. Esto es especialmente importante en entornos industriales donde el suelo puede estar expuesto a hielo, agua e incluso nieve en algunos casos. Existen varios tipos adecuados:
Las suelas de goma destacan como una elección popular, gracias a su excepcional agarre. Además de ofrecer resistencia al agua y a la abrasión, la goma presenta un inconveniente en términos de durabilidad cuando se expone a cortes y abrasiones. Por esta razón, puede no ser la opción más duradera.
Las suelas de poliuretano se distinguen por su ligereza y flexibilidad, proporcionando una comodidad excepcional al caminar sobre hielo. Este material exhibe una excelente resistencia tanto al agua como a la abrasión, garantizando una durabilidad notable. Con frecuencia, se encuentran en formas como el poliuretano termoplástico, que añade a sus cualidades intrínsecas.
Una alternativa a considerar son las suelas de caucho sintético, especialmente si buscas una tracción antideslizante duradera y resistente al agua. Algunas variantes de caucho sintético presentan una destacada capacidad de agarre en superficies húmedas y resbaladizas, convirtiéndolas en una opción confiable para enfrentar condiciones adversas.
Resistencia a impactos y compresión
En muchas industrias, el riesgo de impacto o compresión en los pies es una preocupación constante. Las botas de trabajo para el frío extremo deben cumplir con estándares de seguridad que garanticen la protección contra objetos pesados o maquinaria que pueda causar lesiones. Buscar calzado con punteras de acero o compuestas y una construcción duradera es esencial para la seguridad en estos entornos.
Flexibilidad y comodidad
A pesar de la necesidad de resistencia y durabilidad, el calzado de trabajo para el frío extremo debe ofrecer la flexibilidad y comodidad necesarias para permitir la movilidad durante largas jornadas laborales. El diseño ergonómico y materiales que permitan el movimiento natural del pie son fundamentales para prevenir la fatiga y mejorar la productividad del trabajador en entornos de este tipo.
Regulación de la humedad
La transpirabilidad es otro factor clave a considerar. La regulación efectiva de la humedad ayuda a prevenir la acumulación de sudor en el interior del calzado, lo que podría conducir a pies fríos y húmedos. Optar por botas con tecnologías que faciliten la evacuación del vapor de agua, como membranas transpirables, contribuye a mantener un entorno interno óptimo.